sábado, 25 de agosto de 2007

Recuperar las instituciones o crearlas??


Que pregunta, no?

Hoy en días electorales es algo que se plantea pero no se si con el nivel de importancia que se debería hacer.

Los municipios, las provincias, la nación... en todos los ordenes la corrupción llega a niveles altos y la credibilidad roza los más bajos.

Ejecutivo, legislativo y judicial... poderes que le sirven al Pueblo de la República Argentina o poderes para hacerse impunemente ricos a costa del pueblo???

A esta altura no se si es necesario recuperar a estas instituciones o volver a armarlas y partir desde un gran punto cero. Por supuesto que estas opciones conllevan un riesgo que debemos correr y aceptar cada uno de los integrantes de esta nación, en este punto donde parece no haber retorno, el "lavarse las manos" o "mirar para otro lado" no debe correr más. Pero mejor analicemos cada una de ellas.

Al recuperar las mismas estamos construyendo sobre bases oxidadas y viciadas. Las personas seguirán allí con los antiguos procedimientos arraigados en el sistema cual ADN de la corrupción y la burocracia extrema; que cajonea todo lo que no sea beneficioso para sus superiores perpetuados en una especie de monarquía democrática. Una versión actual de los señores feudales del siglo XXI.

Al crearlas, al partir otra vez de cero, se vislumbran más problemas que soluciones; pero... será realmente así? Se necesita mucho empeño, esfuerzo y sacrificio, en primera instancia, sumado al compromiso a largo plazo. Visto desde esta óptica parece una utopía sobretodo por la elección de cualidades no muy acordes al perfil argentino. Dejemos de lado hipocresías y falsas modestias es verdad no se relacionan con nosotros. La realidad nos es adversa pero hay que empezar hoy con los cambios no dejarlo en manos de las generaciones futuras, ellas deben ser las que continúen con nuestras enseñanzas y mejoren aún más este "sistema" que beneficia a unos pocos.

En un mundo globalizado donde la estandarización esta de moda deberíamos copiar las buenas cosas y no capturar solo la basura que nos arrojan. Siguiendo con la línea de dejar la hipocresía de lado admitamos que la corrupción existe en todos lados a no ser que se viva en alguno de los países nórdicos. Pero a tales niveles como los hallados en el "Fin del Mundo"???

Un presidente que elige a dedo a su esposa como próxima candidata, que encubre a sus amigos pero que cuando tiene braza caliente en las manos desaparece de escena; citemos a su ex ministro provincial atropellando a docentes por ejemplo.

Empresas nacionales que dan pérdida alquilando aviones privados y transportando por caridad a personas desconocidas con valijas conteniendo U$S 800 mil.

Insisto renovemos el sistema, comencemos de cero; total en ambos casos la memoria pareciera no existir. Plantemos una nueva semilla de esperanza donde NOSOTROS primero y recién las futuras generaciones recuerden, se involucren y generen el cambio.

2 comentarios:

Majo Malnis dijo...

Noe!sos una personita especial, que apostas a un cambio, a llegar al otro y que nos juguemos por un crecimiento positivo..
Gracias x enfrentar las cosas, gracias por ser tan autentica.

EL DESPOTRICADOR dijo...

Noelia:
Disiento en tu postura respecto al orden institucional, pienso que el problema debe afrontarse atacando los factores que lo producen. Las instituciones no fallan por sí mismas, el problema pasa por los actores que mueven las instituciones. No podemos defenestrar al sistema judicial por las falencias de quienes lo aplican. Son numerosos los procesos judiciales truncos por fallas procesales, las que han sido instituidas como garantía de resguardo de los derechos del proceso y del procesado y que por inoperancia o dolo son incorrectamente aplicadas.
Coincido sin embargo, en que se hace necesario una reformulación de carácter ético para el ejercicio soberano de los poderes del Estado, pero sin confundirlo con las acciones del gobierno de turno.
No caer en generalizaciones es un elemento fundamental, la forma de recuperar la esencia de las instituciones es bregar por su ejercicio libre de prejuzgamientos y permitiendo su independencia funcional.
Si podiésemos conseguirlo, estaríamos dando un paso fundamental en el camino de la recuperación del orden institucional y del estado de derecho.
Noelia, espero tu comentario.